lunes, 21 de septiembre de 2009

De tedetés de pago, guerras mediáticas y diarios vergonzantes

Mientras en medio mundo los propietarios de periódicos se devanan los sesos para encontrar la receta mágica con la que, no sólo salir de la crisis, sino lograr que el papel siga existiendo en plena vorágine internauta, aquí todavía usamos los diarios impresos para emprender guerras mediáticas y tratar de medrar un poco más.
Mientras franceses, ingleses o estadounidenses adoptan medidas de todo tipo, exitosas o no, para dar una vuelta de tuerca más al negocio de la Prensa, aquí andamos utilizando los editoriales y las columnas de opinión como altavoz panfletario sobre tedetés, pagos por derechos futbolísticos y coacciones gubernamentales.
En este país de imbéciles en el que los medios están en manos de aspirantes a poderosos, de pseudoperiodistas con ínfulas de políticos, los periódicos sólo sirven para que los cebrianes y los roureses se peleen por ver quién influye más, quién logra más prebendas del poder y quién se codea más con quién. Mientras, los terceros en discordia, los voyeurs de gustos exuperantes, llenan páginas de opinión mostrando su gozo por el mero hecho de ver al enemigo herido, aunque se cambiaría mil veces por él. Los planetarios, por su parte, con diario también en los quioscos, miran para otro lado sin saber muy bien qué carta jugar.
Ójala nadie diera un duro por ver fútbol en casa. El que quiera circo, que vaya al circo.
Qué vergüenza de panorama, qué vergüenza de medios de comunicación...

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