martes, 8 de septiembre de 2009

Sucesos, dolor y amarillismo

Uno de los principales problemas con que nos encontramos los periodistas es, a la hora de informar sobre los temas de sucesos o de terrorismo, cómo afrontar todo lo relacionado con el sufrimiento y el dolor de las víctimas y sus allegados. Los atentados terroristas, las catástrofes, la violencia de género o los homicidios son una buena muestra de ello. Ante este tipo de hechos, tenemos, por un lado, la información pura y dura, los datos objetivos, la investigación policial, tratar de hablar con posibles testigos... Sin embargo, cuando tratamos de acercarnos al dolor, a la parte más humana de la noticia, se corre el grave riesgo de caer por una pendiente muy pronunciada y peligrosa que lleva directamente al amarillismo y a un tipo de periodismo que, con frecuencia, roza lo deleznable.
No vale como argumento decir que este tipo de informaciones son las que, al final, más llaman la atención del lector, porque, atendiendo a esa premisa, también podríamos entrar en una espiral de consecuencias imprevisibles que nos acabaría llevando a convertir los medios en un escaparate de sangre, sexo y cotilleo. Está claro que los sucesos tienen su hueco en el periodismo y, de hecho, se trata de uno de los géneros con más predicamento en la profesión. Sin embargo, ser un buen periodista de sucesos pasa, normalmente, por tener buenos contactos policiales y judiciales más que por dedicar páginas y páginas a hablar con los familiares y amigos de las víctimas en busca de la lágrima fácil y el morbo barato, un error con el que los profesionales de la comunicación caen con demasiada frecuencia. Falta rigor y sobran testimonios ñoños que, en la mayoría de los casos, poco o nada aportan, periodísticamente hablando.
En relación con este tema, el pasado 26 de agosto la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) organizó el curso “Aproximación de los periodistas al dolor”, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska, uno de los ponentes, se refirió al derecho a la información y a su relación con las actuaciones de la justicia. El magistrado puso como ejemplos las investigaciones periodísticas que desvelan la identidad protegida de testigos, los denominados juicios paralelos en los medios de comunicación o “la irresponsabilidad de los periodistas a la hora de regalar victorias a los terroristas o magnificar sus acciones”. Para tratar de solucionar este problema sugirió tres posibles vías de control: la regulación, la autorregulación o la autocensura. Asimismo, planteó la adopción de un código ético que regule de qué modo abordan los medios este tipo de informaciones.
Por su parte, Magis Iglesias, presidente de la FAPE, afirmó que, ante noticias con víctimas o familiares, el objetivo debe ser siempre tratar de no causar más dolor y recordó la denuncia de la asociación sobre la repetición de imágenes de los afectados por el accidente de Spanair. También criticó la publicación de los datos sobre el donante que ha permitido el primer trasplante de cara en España.
"Los periodistas de los medios de comunicación no pueden incumplir la ley y vulnerar el secreto", dijo Iglesias, quien aludió a la "responsabilidad compartida" de los periodistas y los responsables sanitarios, que, indicó, no deben "dejarse llevar" por el "ansia de notoriedad" y "cometer una gran imprudencia". Esto, matizó, "no exime" la responsabilidad de los medios que publicaron estos datos.
Tratar de buscar ese equilibrio entre información y respeto, entre datos relevantes y amarillismo, es una tarea sólo al alcance de unos pocos buenos profesionales y no debemos olvidar lo fácil -y tentador- que es para el periodista pasarse al lado oscuro. Y no debemos olvidar tampoco la parte de responsabilidad que tienen los responsables de los medios a la hora de vetar determinadas conductas que, en el mejor de los casos, apenas servirán para vender un puñado de ejemplares más a costa del dolor y del prestigio de esta profesión.

1 comentario:

  1. Me gustaría saber con qué estudios puedo complementar la licenciatura de Periodismo para llegar a ser periodista de sucesos y tribunales (si existen algunos que no sean la licenciatura de Derecho completa...).

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