viernes, 2 de octubre de 2009

¿Crisis o apalancamiento?

Los periodistas españoles pecamos de falta de iniciativa y de valentía a la hora de lanzar nuevos proyectos y de innovar

Nadie duda de que la crisis está azotando con especial saña al mundo de la comunicación y, muy especialmente, al sector del periodismo escrito. Sin embargo, ¿no cabría sospechar que la polvareda que levanta el viento de la recesión oculta un mal mucho mayor, que no es otro que el del fin de una era? Parece claro, como ya hemos señalado en este mismo espacio en más de una ocasión, que el modelo actual está agotado y que ha llegado el momento de reinventar las fórmulas. Además, debemos ser los propios periodistas los que demos el paso, encabezando nuevos proyectos, creando publicaciones innovadoras, rompiendo reglas, demostrando que hay mucho aún por hacer. Si no se venden periódicos, no esperemos a que los empresarios hagan algo. Basta ya de culpar a los demás.
Mientras en España miramos para otro lado, fuera de aquí el mundo se mueve y siguen saliendo nuevos periódicos a la calle. Publicaciones sin complejos, sin ataduras, sin arquetipos, sin poner el grito en el cielo porque el redactor tenga que hacer fotos o colgar su propio video en la red. Los llamados mojos -mobiles journalist- ya están ahí y nos pondrán a todos de patitas en la calle por su versatilidad, por su mente abierta, porque no ven la red como una realidad paralela, sino como una parte de su mundo.
Hay que romper esquemas y replanteárselo todo. ¿Por qué salir a la calle los siete días de la semana?; ¿por qué incluir todas las secciones convencionales?, ¿por qué incluir todas las secciones todos los días?, ¿por qué incluir secciones?; ¿por qué motivo aferrarnos a seguir ofreciendo servicios que otros soportes cubren mejor -clasificados, cartelera, el tiempo...-?; ¿por qué razón repartir en los quioscos y no en máquinas expendedoras?; ¿por qué 96 páginas y no 24?; ¿por qué no un blog en papel?; ¿por qué no un periódico sólo con análisis y artículos de opinión, sin noticias, que para eso ya está Internet, la radio o la televisión?; ¿por qué dejar pasar tantas horas entre el cierre y la distribución?; ¿por qué salir por la mañana o por la tarde y no a cualquier hora del día o de la noche?; ¿por qué no es posible poner en los quioscos impresoras y que el lector se imprima su periódico con las noticias actualizadas hasta el momento en que lo compra?... ¿Por qué esa falta de valentía y de arrojo?
Un ejemplo de esta forma de concebir el periodismo es el que ha aplicado “I”, un nuevo periódico aparecido el pasado mes de mayo en Portugal y que, siendo fiel al papel, ha nacido sin ataduras formales. Así, cuenta con edición digital -ionline.pt- y otra impresa que se edita sólo de lunes a sábado y que está dirigida al público de clase alta. Además, carece de suplementos a excepción de una revista los sábados y está organizado en torno a cuatro grandes secciones: Opinión, Radar, Zoom y Más. Cuenta con una redacción que integra las ediciones en papel y online compuesta por unos 70 periodistas que salen cada día a la calle con un kit compuesto por móvil con cámara de fotos y vídeo, trípode y micrófono.
Aún es pronto para saber si el proyecto se asentará pero de lo que no cabe duda es de que por ahí es por donde hay salida a la crisis. Por apuestas novedosas, por periodistas versátiles y “tecnologizados”, por una total combinación de edición online y en papel, por echar abajo los prejuicios y los viejos esquemas... Vamos, todo lo contrario de lo que nos encontramos diariamente en la mayoría de las redacciones de nuestro país.

1 comentario:

  1. Muy interesante el artículo y buenas preguntas a hacerse.
    En ciertos aspectos no es por falta de oportunidades: www.maquipress.com

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