martes, 3 de noviembre de 2009

¿Quién ayuda a los periódicos?

No hay subvenciones para los diarios, aunque sí para el cine, y muchas. Tampoco la gente parece dispuesta a gastarse poco más de un euro en comprarlos, aunque no se quiten del tabaco o la cerveza. Pero luego, cuando desaparezcan muchos de ellos, todos se echarán las manos a la cabeza.

Los medios de comunicación siguen de capa caída. No hay brotes verdes sino más bien despidos, precariedad, reducciones salariales, incumplimientos de convenios... Se han perdido ya miles de puestos de trabajo y ninguno de los que aún lo conservan puede afirmar con seguridad que el año próximo seguirá donde está.
Todo el mundo habla de la crisis del sector, del cambio de modelo, de la desaparición del papel... y todos se echan las manos a la cabeza. ¡No se puede permitir que desaparezcan los diarios! Pero, ¿quién hace algo para evitarlo? Para empezar, cada vez menos gente compra el periódico, única manera que tiene el ciudadano de a pie para que los diarios sigan existiendo. Todos se quejan, pero, al final, prefieren ver la edición digital que es gratis -y en el trabajo, además, que no cuesta-, leerlo en el bar o coger un gratuito, que no es lo mismo, pero no hace falta aflojase el bolsillo.
Sin embargo, lo más preocupante es la pasividad de las instituciones. Si se supone que los periódicos somos parte del patrimonio cultural de la sociedad, que somos un producto cultural como lo son los libros, ¿por qué nadie ayuda?
¿Es acaso lógico que cualquier mindundi ruede una película de ínfima calidad y que nadie va a ver y que, sólo por eso, se lleve una pasta en subvenciones?, ¿por qué el cine sí y los periódicos no?, ¿por qué las administraciones subvencionan directa o indirectamente a otros productos culturales -cine, teatro, música...- y no a los medios? Porque, no nos engañemos, la publicidad no es subvención, sino que más bien es un escaparate para que los organismos oficiales vendan sus logros y, al tiempo, una forma de repartir dinero en función de la ideología del medio.
Haría falta que nos echásemos todos a la calle, como hacen los agricultores, los ganaderos, los mineros o cualquier otro colectivo? Seguro que sería la única manera de que alguien escuchase los problemas del sector, pero la desunión es tal, las guerras internas entre los medios son de tal calibre, que sería poco menos que imposible que fuésemos juntos a ningún sitio.
Y una cosa más, ¿dónde están los sindicatos? No me refiero a los comités de empresa de cada medio, que hacen lo que pueden, que no es poco, sino a los grandes, a los que sí que viven de subvenciones y ayudas del Estado, a los que sólo salen cuando la empresa es grande y van a ocupar minutos en el telediario. ¿Dónde están los señores Méndez y Fernández Toxo cuando se trata de defender a trabajadores sin eco mediático, sin comités, con miedo a quedarse en la calle si se quejan?
Parece que la FAPE y otros colectivos siguen presionando al Gobierno para que desatasque las ayudas prometidas a la Prensa pero, de momento, nada de nada. Esto tiene pinta de que cuando quieran hacer algo, la mayoría de los periódicos haya cerrado y no haya muchos trabajadores ya a los que ayudar. Entonces, eso sí, se las repartirán a los que sobrevivan, que serán aquéllos a los que menos falta les hacía.
Desde luego, a miles de periodistas, cualquier ayuda ya le llega tarde.

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