De repente, Twitter es la palabra mágica. Todo el mundo quiere estar, todo el mundo tiene algo que decir, algo que comentar, algo que tuitear. Con sólo cinco años de vida, cuenta con 200 millones de usuarios en todo el mundo –lejos aún de los más de 500 millones de Facebook- y cada día se registran en torno a 140 millones de tuits, unos 1.600 por segundo.
Sin embargo, detrás de estas apabullantes cifras, detrás de esa definición de red social, se esconde un fenómeno mucho más complejo de lo que aparenta y menos participativo de lo que cabría esperar. Mientra que en Facebook la gente se dedica a buscar viejos amigos o compañeros de clase, a felicitar cumpleaños o colgar fotos de viajes o fiestas familiares, a intercambiar mensajes, a mantener relaciones cruzadas, en definitiva, Twitter funciona de un modo distinto.
Según un estudio realizado por Yahoo! bajo el esclarecedor título “Quién dice qué a quién en Twitter”, tras analizar un total de 260 millones de tuits han llegado a la conclusión de que un 50% de esta cantidad ha sido escrito por un pequeño grupo de unos 20.000 usuarios, lo que supone apenas el 0,05% del total de cuentas existentes en el mundo.
Estaríamos, por tanto, ante una especie de comando de élite de tuiteros capaces de generar por sí mismos 70 millones de mensajes, mientras que los otros 70 millones serían obra del restante 99,95% de los usuarios. ¿Quién forma parte de este grupo de elegidos? Pues, en su mayoría, se trata de famosos, deportistas o actores, que cuentan con cientos de miles e incluso millones de seguidores.
Paralelamente, también estarían en este grupo algunos medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales, instituciones y organismos oficiales o clubes deportivos. Por último, también nos encontraríamos con algunos “gurús” de la red que siguen contando con multitud de seguidores.
El estudio también refleja que los usuarios regulares de Twitter reciben la información a través de diversas vías pero la mayor parte de éstas no son precisamente los medios de comunicación, ya que sólo el 15% de los tuits recibidos por un usuario promedio provienen de algún medio. Otro detalles es que los periodistas y comunicadores generan más tuits, es decir, escriben más micromensajes, pero las celebridades son más leídas. Por tanto, cabe pensar que muchas veces a los usuarios les interesa más quién dice que qué se dice.
Otra de las conclusiones de este trabajo es la forma en que se producen los flujos de comunicación. Así, el fenómeno de la endogamia está muy extendido, de tal modo que los periodistas se siguen entre ellos, los médicos siguen a los médicos, los blogueros a los blogueros…
En lo que se refiere a los temas principales de los que se habla, los analistas han determinado que el que más comentarios genera es la actualidad de carácter internacional, seguido de las noticias referentes a Estados Unidos. El tercer puesto lo ocupan las informaciones deportivas, lo que demuestra el gran interés que suscita este tema en todo el mundo, y para ello basta echar un vistazo al número de seguidores, no sólo de los deportistas de élite, sino de los periodistas deportivos o los clubes.
Con todos estos datos, podemos afirmar que las estructuras comunicativas de Twitter están muy lejos de las que se suelen atribuir a las redes sociales, es decir herramientas participativas con flujo de información en todas direcciones. Por tanto, estaríamos más ante un modelo con bajos niveles de reciprocidad que se asemeja más al sistema de los medios de comunicación de masas de un único sentido y en el que la “participación” del usuarios receptor del mensaje es su retuiteo, es decir, rebotarlo a sus seguidores, o realizar algún tipo de comentario.
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