martes, 18 de mayo de 2010

El futuro de los medios, el director de “The Whasington Post” y el triste panorama español


“No basta con llenar nuestro periódico con las noticias de ayer. Tenemos que aportar un contexto: análisis, perspectivas, comentarios. Grandes reportajes de investigación. Incluso textos que no se publicarían en ningún otro lado. Hay cada vez más informaciones fácilmente accesibles, pero es cada vez más difícil estructurarlas. La gente busca faros establecidos para poder orientarse con ellos”. Estas declaraciones, sacadas de la entrevista con Marcus Brauchli, director de The Whasington Post, publicada el domingo por “El País”, me parece que resumen a la perfección hacia dónde debe ir la prensa escrita en los tiempos de Internet.

Brauchli hace un análisis claro y contundente del panorama actual de los medios y, especialmente, de los diarios en papel, que sufren quizás la mayor crisis de su historia. Porque, como asegura, se da la paradoja de que “llegamos a mucha más gente que nunca, aunque haya caído la circulación de nuestra edición impresa”. Y es que, la clave de la subsistencia es saber cómo aprovechar esta coyuntura, cómo sacarle partido al hecho de que, pese a que los diarios tienen más lectores de los que habían tenido nunca, en sus diferentes soportes, los ingresos caen en picado pues la única fuente de entrada de dinero, el papel, se tambalea.

¿Volvemos al debate del cobro por contenidos? Pues es inevitable. Para Brauchli, la gente “está dispuesta a pagar por las informaciones en Internet”, aunque eso, en la práctica está todavía por ver como alternativa real. Y en cuanto al futuro del papel, a su pervivencia como soporte informativo, el director del Post explica que “los periódicos perderán influencia, las tiradas están sometidas a una gran presión, pero en el futuro el papel seguirá teniendo una función importantísima. Además, tampoco creo que el futuro del periodismo dependa de la supervivencia de sus antiguas instituciones. Nuestra nostalgia por los periódicos no puede enturbiarnos la visión de futuro ni de cómo haremos el periodismo de aquí en adelante”.

Sin embargo, al menos en nuestro país, son muchos los directores de diarios que no parecen tener las ideas ni siquiera la mitad de claras que Brauchli. Es más, lo peor es que algunos ni siquiera tienen ideas y se limitan a dejarse llevar por la corriente. Que a estas alturas existan en nuestro país responsables de medios de comunicación que prácticamente no sepan, más que de oídas, qué son las redes sociales, que no sientan el más mínimo interés por tener su propio blog, por explorar el enorme potencial de Internet, que incluso vean las ediciones online de sus diarios casi como una competencia, más que como una parte integral de su redacción, es, no sólo triste, sino estremecedoramente esclarecedor de por qué algunos diarios están como están.

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