miércoles, 24 de junio de 2009

Derechos de autor imprescindibles

Mucho se habla últimamente de los derechos de autor, en buena parte por culpa de la SGAE y su abusiva política recaudatoria. Sin embargo, es un tema demasiado complejo como para reducirlo a simplismos estúpidos, esgrimidos, las más de las veces, para justificar que preferimos bajarnos un disco o un DVD gratis antes que pagar por él.
Efectivamente, todos los sectores relacionados con las descargas tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos. Está claro que no se pueden poner puertas al campo y que vivimos en un país donde la conciencia social escasea. Si pensamos que no tenemos por qué pagar derechos por una obra que tiene un autor y que vive de ello, si somos de la opinión de que si lo podemos descargar por el morro, para qué pagar, ¿por que no plantearnos que para qué pagar impuestos?
Vale que los músicos pueden ofrecer conciertos, que las películas se pueden ver en el cine... Pero ¿que puede hacer un escritor o un periodista si no se respetan sus derechos? Si yo escribo un artículo en mi periódico y, una vez colgado en la red, es utilizado por terceros, ¿qué puedo hacer?, ¿qué medidas tomar si me encuentro un trabajo mío utilizado por otras personas?
Pero la cosa puede ser peor aún. ¿Qué hará un escritor cuando el 90% de la población tenga un libro electrónico y sus lectores se bajen masivamente su último libro? ¿De qué vivirá ese hombre, de ofrecer recitales poéticos, de desnudarse en público...?
Más allá de que todo el mundo se descargue cosas, es imprescindible crear una conciencia social, dar a entender al público que hay gente que se gana la vida de vender sus productos, ya sean libros, música o trabajos periodísticos. Es necesaria una educación, un trabajo de base para que desaparezca la impunidad moral, para que pagar por una obra no sea cosa de tontos.
No nos engañemos. Si no lo hacemos, estamos contribuyendo a que desaparezca la creación artística. No vale con vender por Internet, porque aunque vendamos nuestro disco o nuestro libro a un euro, a 50 céntimos, la gente seguirá descargándolo gratis, porque estamos en el país del "que se jodan los demás".
Y si no, tiempo al tiempo.

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