jueves, 16 de septiembre de 2010

El iPad no sirve para matar moscas: las ventajas del papel como soporte

El periódico neoyorquino “Newsday” ha lanzado un spot para dar a conocer su versión para el iPad que incluye un vídeo que está arrasando en Internet –muchos de ustedes ya lo habrán visto-. En las imágenes se ve a un individuo que, mientras lee la edición digital de este diario en su flamante iPad, trata de matar una mosca con éste estampándolo contra la mesa cual si fuera un ejemplar de papel y, por supuesto, destrozándolo.

Más allá de la sonrisa que nos arranca, también me ha hecho pensar en las ventajas y desventajas de cada soporte periodístico, más allá del contenido. Quiero decir con ello que, cuando hablamos de la crisis de la prensa escrita o del descenso de las ventas de periódicos en papel, nos devanamos los sesos pensando en qué estamos fallando, qué estamos haciendo mal, qué debemos cambiar y, sin embargo, a veces pasamos por alto detalles mucho más funcionales y prácticos.

Hoy por hoy, todo el mundo da por hecho que el soporte papel tiene los días contados y que en un plazo que no va mucho más allá de una década habrá desaparecido, fagocitado por las ediciones digitales. Está claro que la caída de las ventas es una tendencia irrefutable, pero, ¿está necesariamente ligada a que los lectores prefieren leer las noticias en una pantalla o a que lo pueden hacer gratis?

Voy más allá en mi planteamiento, ¿de imponerse el pago por contenidos en las ediciones digitales de los principales diarios, es decir, en caso de pagar lo mismo, qué preferirían los lectores, papel o pantalla? Está claro que son innumerables las ventajas de las publicaciones online, pero no lo son acaso también las del papel, y ahí es donde vuelvo a los factores puramente funcionales y, aunque aparentemente absurdos, no menos reales. ¿O acaso no debemos valorar que el papel de periódico sirve para envolver, proteger, tapar, pintar, hacer aviones, escribir, matar moscas, limpiar los cristales o, incluso leer? ¿No es importante que un periódico se pueda doblar, enrollar o caer sin romperse? Podemos prestarlo, dejárnoslo olvidado, guardarlo o tirarlo; es sufrido y dura años; nos trae recuerdos y no tememos que nos lo roben o se nos caiga; nos sirve para no mancharnos el pantalón si nos sentamos en el suelo…

¿Que no son importantes estos detalles? Piénsenlo fríamente. ¿Van tranquilos por la calle con una cámara fotográfica o de vídeo de 600 euros colgada del cuello?, ¿sacarían con toda tranquilidad su iPad u otro aparato similar, cuyo coste es considerable, en cualquier sitio y en cualquier compañía?

Y otro detalle importante: leer la prensa en el ordenador presupone una línea ADSL cuyo coste no es muy inferior a comprar el periódico a diario. Pero para leerlo en un iPad o en el móvil debemos, además, contratar una conexión a Internet móvil o una tarifa plana, es decir, que tampoco es gratis y no todo el mundo puede o quiere permitírsela. Y eso sin olvidar que hay lugares en los que no hay cobertura o no es de buena calidad, y recordemos que el Metro es uno de los sitios en los que más se lee.

No estoy diciendo que sea mejor el papel o que los soportes electrónicos no se acaben imponiendo. No lo sé realmente, pero no creo que las cosas sean tan sencillas ni tan rápidas. Yo creo en la convivencia de soportes –ni la televisión no acabó con la radio ni ésta lo hizo en su momento con el papel- y que lo que decidirá la batalla no serán los contenidos ni la calidad. Esos factores nos harán decantarnos por un medio u otro, pero no por un soporte u otro. Y es que, como explicaba el pasado domingo John Naughton en “The Guardian”, “el buen periodismo prosperará, cualquiera que sea el soporte”.

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