lunes, 4 de octubre de 2010

Anunciante, apadrine a un periodista por poco dinero

Los anunciantes en medios de comunicación podrían apadrinar periodistas, como se apadrinan negritos en África, y, a cambio, el periodista apadrinado se convertiría en soporte publicitario del producto anunciado.

Asegura la Asociación de la Prensa de Madrid, en su avance del Informe Anual de la Profesión Periodística, que el número de profesionales de la comunicación que se han quedado en el paro en el último año ha pasado de 3.030 a 6.500. Y lo que es peor, la situación económica de las empresas periodísticas no tiene visos, en general, de mejorar, pues el mercado publicitario se sigue manteniendo bajo mínimos y, en cualquier caso, creo que nunca alcanzaremos los niveles previos a la crisis.
Por tanto, y ante el cariz que toma la situación, propongo a los anunciantes de este país, públicos o privados, grandes o pequeños, españoles o extranjeros, una acción novedosa y muy beneficiosa para todos: adoptar a un periodista. Así de simple y así de sencillo. Con esta idea, la inversión publicitaria que haga un medio -que suele ser de varios miles de euros- iría, directamente, a sufragar total o parcialmente el sueldo de un periodista. Si se trata de una campaña potente, se podrían apadrinar varios o, incluso, a un redactor jefe o un subdirector.
A cambio, el apadrinado serviría, durante el tiempo estipulado, de soporte publicitario de la marca en cuestión, bien a través de prendas de ropa -camisetas con mensaje-, salvapantallas del ordenador, carteles, pegatinas o, incluso, si el cliente lo paga, pintando el coche con la identidad corporativa del anunciante apadrinador. Igualmente, y por un plus, el periodista apadrinado divulgaría las excelencias del producto anunciado allá donde fuese a ejercer su trabajo, ya sea en ruedas de prensa, entrevistas, juicios, conflictos bélicos... Así, en plena rueda de prensa de la administración correspondiente, levantaría la mano y, antes de hacer la pregunta pertinenete, explicaría a los presentes las bondades del anunciante. Si esta idea se extiende, los distintos periodistas que cubran un acto intercambiarían mensajes publicitarios entre sí, con las consiguientes ventajas para los anunciantes.
Este tipo de contratos de apadrinamiento asegurarian al apadrinado la continuidad de su puesto de trabajo en tanto en cuanto dure la campaña publicitaria en cuestión y, si se esmera en su labor informativo-comercial, el anunciante podría prorrogar la campaña.
Se trata sólo de una idea susceptible de mejoras y es adaptable a las necesidades de cada medio y de cada anunciante pero, en fin, podría servir al menos para dar un poco de esperanza a los sufridos periodistas. Además, estas acciones podrían desgravar -como si se tratara de donaciones a una ONG- y, además, el anunciante recibiría una foto del periodista -por si la quieren llevar en su cartera y luego enseñarla a otros anunciantes- y un informe semanal de sus actividades, sus progresos vitales, si ha logrado seguir pagando su hipoteca...
Ahí la dejo.

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