jueves, 9 de julio de 2009

La radio, un medio con mucho futuro

Probablemente, el próximo curso periodístico será uno de los más apasionantes en lo que a la radio en nuestro país se refiere. Este medio, que durante los últimos años se ha visto en cierto modo eclipsado por el avance de Internet, el desarrollo de la televisión digital y la crisis de la Prensa, puede volver a recuperar protagonismo, entre otras cosas por la irrupción de la nueva emisora de Federico Jiménez Losantos, en la que estará acompañado por César Vidal y Luis Herrero, entre otros, y por la reorganización de la parrilla de la COPE, aún en marcha, tras la marcha de los ya citados. Si a esto le unimos que Onda Cero mantendrá la base de su programación ­–acaba de renovar por dos años más a Julia Otero y a Isabel Gemio- para continuar su línea ascendente seguida en los últimos años y a que la SER, aunque sigue claramente líder de audiencia, atraviesa por momentos difíciles económicamente hablando, hacen de la nueva temporada un campo de batalla apasionante.
Pero no es este el único motivo por el que la radio está en el ojo del huracán. Mientras que otros medios han encontrado en Internet y en las nuevas tecnologías un enemigo, la radio parece haber hallado más bien un aliado, pues tanto la red como los numerosos dispositivos portátiles reproductores de música permiten sintonizar cualquier emisora en cualquier lugar. Ya no hay obstáculos para oír la radio y cada vez es mayor el número de personas que la escuchan a través de su ordenador mientras trabajan o de su teléfono móvil o su MP3 al tiempo que hacen deporte, caminan o viajan en transporte público.
Porque, a diferencia de la Prensa, por ejemplo, a la radio le es indiferente el soporte a través del cual la audiencia la escuche, aunque las técnicas de medición también se tendrán que adaptar a la llegada de los nuevos dispositivos. Al fin y al cabo, un oyente es un oyente, haya accedido a su emisora favorita a través de un transistor de toda la vida, desde el coche o desde Internet. Es más, la tecnología ha abierto posibilidades antes impensables.
En primer lugar, están los podcast –invento ya viejo, apenas unos pocos años, en esto de Internet-, un servicio que ya ofrecen casi todas las cadenas y que permite descargarnos lo que más nos guste de la programación y escucharlo, como un fichero de audio más, cómo y cuándo nos plazca. De este modo, cada oyente puede configurar su propia parrilla o crear un archivo con aquellos momentos de la radio que más le hayan gustado.
Por otro lado, han aparecido en el mercado aparatos de radio convencionales que, además, vía wi-fi, permiten escuchar cualquier emisora que tengamos sintonizada a través de Internet en nuestro ordenador, aunque éste esté apagado. De este modo, se suprimen incluso las barreras geográficas y técnicas que nos impedían, pongamos por caso, escuchar la radio local de nuestro pueblo o la de un país lejano.
Paralelamente, cabe hablar de la radio digital, uno de los retos pendientes de este medio pero que, al contrario que la TDT, no acaba de arrancar. El concepto es el mismo que el de la televisión, es decir, se trata de una tecnología que permite transportar una señal radiofónica de forma digital utilizando una frecuencia única para todo el territorio nacional, de modo que se realiza un uso menor del espectro radiofónico y se evitan los molestos cambios de dial cuando se viaja en coche y se quiere mantener la emisora sintonizada. Además, la calidad del sonido es mucho mayor –similar a la de un disco óptico- y permite el envío de datos, de manera que se puede mostrar en los receptores digitales numerosa información textual complementaria, como la emisora, el título de la canción, noticias… Sus principales problemas son la competencia que supone internet y la falta de impulso por parte de las administraciones, entre otras razones porque es necesario cambiar de receptor y los existentes en el mercado aún no tienen precios muy asequibles.

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