jueves, 2 de julio de 2009

Objetividad y politización en los medios

Hace ya algún tiempo, un amigo me preguntó, con la mejor de las intenciones pero desde la ingenuidad más absoluta, si creía posible la objetividad en los medios de comunicación. La verdad es que no me lo pensé más que un par de segundos y le contesté que no, que no creía ni en la de los medios ni en la de los periodistas y que, de hecho, ni siquiera creía en la objetividad como tal, al menos en su sentido kantiano de validez universal.
Me ha venido esta vieja conversación a la memoria tras comprobar la apasionante discusión que ha generado un vídeo en el que se hablaba de este tema, colgado en el perfil de Facebook del director de marketingdirecto.com, Javier Piedrahita. Y todo venía porque el director de un diario nacional reconocía que los medios están muy politizados. ¡Pues vaya descubrimiento!
Evidentemente, la politización de los medios –y la consecuente toma de partido por unas posturas u otras– es incompatible con la objetividad. Desde un punto de vista periodístico, esta premisa debería ser inaceptable, pero ¿desde cuándo periodismo y política discurren por caminos separados? De hecho, es precisamente la baza política, junto a la de los valores sociales –aborto, eutanasia, educación...– la que marca distancias entre unos medios y otros y la que, lógicamente, hace a los lectores optar por unos u otros.
¿Es acaso posible la objetividad –entendiéndola como equidistancia– ante determinados asuntos? No digo que no, pero es posible que fueran los lectores, las audiencias, las que demandarían una toma de postura. No debemos perder de vista que sería absurdo elaborar informaciones desde una supuesta imparcialidad para un público que sí es parcial, que sí mantiene una determinada postura ante la mayoría de los temas.
Pero volviendo a la politización, Piedrahita se queja de que los medios de nuestro país dan demasiadas noticias relacionadas con la política y «lo están pagando. La audiencia les da la espalda. Nada que ver con los medios alemanes que sí tienen en cuenta los intereses reales del ciudadano de hoy. Otro mundo», afirma.
No sé si es cierto que los lectores estén dando la espalda a los medios –aunque la tendencia de la difusión de la prensa es ligeramente descendente en los últimos años, creo que se debe más a otras razones–, pero sí estoy de acuerdo en que buena parte de las noticias que ofrecen los medios están muy lejos de los intereses reales de la gente.
Sin embargo, también cabe dilucidar hasta qué punto esa parte de la población cuyos gustos están lejos de las noticias políticas son compradores de periódicos. Apenas compra prensa diariamente uno de cada diez españoles –se venden poco más de cuatro millones cada día– y parte de ellos eligen uno de información deportiva. Ante esta situación, ¿se deben pensar los diarios para el conjunto de la población o sólo para aquellos que son lectores? Y, optando por esta segunda premisa, ¿pensando en todos los lectores o ajustándonos al perfil de quien elige nuestro medio? Si tenemos en cuenta que la mayoría de los compradores de periódicos lo hacen en función de la tendencia ideológica –ya sea política, ya sea de principios y valores– de cada medio, ¿qué ocurriría si de repente todos tratásemos de ser objetivos, imparciales y equidistantes?, ¿No podría, eso sí, alejar a los lectores de los periódicos? Es más, ¿estaría alguien dispuesto a pagar 1,10 euros por un periódico realmente objetivo y encontrarse noticias contrarias a su manera de pensar, a sus valores, a sus principios, a sus convicciones? Yo creo que, mal que nos pese a muchos, la respuesta es no.

1 comentario:

  1. he de reconocer, sin que sirva de precedente (lo de reconocer) que a mí también me llama la atención esta curiosa -por trasnochada- discusión. No creo en la objetividad de nadie, pero es que tampoco le doy el valor que se le atribuye en periodismo. Los datos objetivos al igual que las verdades absolutas o los dogmas provocan cerrazón y normalmente impiden que se puedan ver o aceptar otras verdades o datos. Sobre la imparcilidad, fíajate, mantengo mis reservas pero, al menos, la veo como una condición posible...
    En cualquier caso lo que no entiendo es por qué te pesa que los medios de comunicación no sean "realmente objetivos". Imgina que lo fueran; no haría falta la diversidad. Con uno tendríamos suficiente... ¿un mundo feliz?

    ResponderEliminar