jueves, 4 de marzo de 2010

La difícil integración de redacciones

Integración o no integración. Esa parece ser ahora mismo la gran cuestión que preocupa a la mayor parte de los diarios. Unir las redacciones separadas de Internet y de papel o mantenerlas por separado.

ABC y El País han optado por integrarlas de nuevo, El Mundo, de momento, las mantiene por separado. La Razón, ni siquiera se puede decir que haya llegado a tener una redacción digital como tal nunca, aunque sí que cuentan con un equipo para la web de más de 10 periodistas que, por ahora, sigue funcionando de manera independiente del resto de la redacción.

Sin embargo, la integración no será un proceso fácil, sobre todo porque se enfrenta al rechazo de muchos redactores "de papel" que consideran que trabajar para la web es un aumento de tareas. ¿Se puede obligar a un redactor a volcar en la edición digital una entrevista nada más haberla realizado, en lugar de escribirla directamente para la edición impresa ya por la noche?, ¿será posible que un periodista "retransmita" en directo un partido de fútbol o una sesión parlamentaria desde su móvil para Twitter?, ¿tendrá la obligación un informador de acudir a cubrir un acto con una cámara de vídeo para poder colgar una película en Internet?
Más allá del desafío técnico que para muchos profesionales del sector suponga adaptarse a los nuevos medios -de su formación tendrá que preocuparse la empresa-, mucho me temo que pesará cierto negativismo a la hora de asumir cambios. Además, no debemos olvidar que la manera de trabajar de ambas redacciones no es la misma. Mientras que, habitualmente, las digitales trabajan por turnos y ocupando las 24 horas del día, en las tradicionales el periodista abarca todo el proceso, es decir, llega a la redacción por la mañana, cubre los temas, escribe, vuelca en maqueta... y normalmente no se va hasta que la primera edición del periódico está cerrada, en torno a las diez o las once de la noche.
Dudo mucho que un "ciberperiodista" esté dispuesto a pasar el día, 10 ó 12 horas, en el periódico y que uno de los de papel se ponga a hacer turnos.
Supongo que tarde o temprano se acoplarán ambos grupos humanos, pero no sin dificultades.

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