lunes, 1 de marzo de 2010

Reciclaje para los periodistas, sí o sí

Hace un par de semanas, un juez daba el visto bueno judicial a los planes de EFE de poner en marcha una redacción unificada, de modo que cualquier redactor de la agencia estatal elaborará sus contenidos en cualquier formato, es decir, tanto para los soportes “tradicionales”, como para los digitales. Pese al malestar que haya podido causar esta sentencia entre los trabajadores, marca la senda de lo que deberá ser –si no lo es ya- el trabajo de los periodistas en el futuro más inmediato.

Más allá de debates absurdos y ya superados, la realidad es la que es. Hoy en día, la gente se informa mayoritariamente a través de Internet y el papel ha pasado a un segundo plano. Y cuando digo se informa me refiero a tener la primera noticia de lo que está ocurriendo, no a la interpretación de los hechos, la explicación, la puesta en antecedentes o el análisis, que eso sí se busca en los periódicos impresos. No perdamos de vista que, actualmente, cuando un diario sale a la calle, las noticias que ofrece son antiguas.

Entonces, si esto es un hecho incuestionable, ¿por qué los periodistas –y no necesariamente los de más edad- nos empeñamos en seguir comportándonos como si viviéramos ajenos a esta realidad?, ¿por qué seguimos escribiendo como si estuviéramos dando a conocer una información en lugar de hacerlo teniendo en cuenta que el hecho, el sujeto informativo, ya es conocido y deberíamos estar ofreciéndole un valor añadido?, ¿por qué seguimos titulando como si informáramos, y no como si explicáramos o interpretáramos?

Somos los propios profesionales los que debemos reciclarnos y adaptarnos. No vale con lamentarse. No vale ver cómo bajan las ventas de ejemplares y mirar para otro lado, como si la culpa fuese de la empresa, de la competencia o de “los jóvenes, que ya no leen”. No nos engañemos, los jóvenes sí leen, leen más que nunca, lo que no hacen es comprar periódicos, que es distinto. Y si no lo hacen, quizás sea también porque no encuentran lo que buscan, es decir, porque ya saben qué ha ocurrido por otros medios, y quieren saber por qué ha ocurrido, si va a volver a ocurrir…

En demasiadas ocasiones, los periodistas miramos a Internet, en el mejor de los casos, como una herramienta que facilita nuestro trabajo y, en el peor de los escenarios, como a un enemigo, como a una competencia desleal, y eso incluye, muchas veces, a las versiones digitales de nuestro propios periódicos.
Por el bien de todos, esas redacciones integradas deberían ser la nota común y eso quiere decir que cualquiera elabore una crónica para la edición digital en cualquier momento –sin necesidad de esperar a la noche para el cierre de la edición impresa-, comente un consejo de ministros o un partido de fútbol para el “Twitter” del medio o anime un debate sobre el tema del día en el perfil de Facebook. O somos capaces de ser multiplataforma, o no seremos nada.

Y esa integración pasa, primero, por el reconocimiento de que es necesaria, de que no hay otra más que remar todos en la misma dirección; segundo, por comprender que hay que abrir nuevos horizontes, y, tercero, por entenderlo como un reto personal, como un nuevo impulso profesional motivador y, por qué no, divertido. Eso sí, quizás nos obligue a reciclarnos de verdad –algo que ocurre en casi todas las profesiones y que los periodistas pocas veces hacemos-, es decir, a volver a aprender a escribir para los nuevos soportes, a conocer las herramientas necesarias para ello, a editar un vídeo o a retocar una foto. Es más, puede que eso sea nuestra tabla de salvación.

2 comentarios:

  1. Suscribo lo que dices, está claro que hay que reciclarse o morir. Pero me temo que ni por esas: tengo ya "cierta" experiencia en prensa, y podría encajar perfectamente en ese perfil multiplataforma que describes. Sé escribir para cualquier medio, escrito, TV o internet; sé tratar fotografías y editar vídeo; odio el corta pega, y si mis conocimientos dan para ello, me gusta ir un paso más allá de la noticia. Pues no encuentro trabajo digno. Así que deduzco que valer lo mismo para un roto que para un descosido es como decir valer pa tó y pa ná, y en función de eso te pagan... como al chico de los recados.

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  2. El problema es que ser "multiplataforma" y la precariedad van unidos en demasiadas ocasiones. Es decir, echamos a la mitad de la gente y la mitad que queda que haga de todo. Pero, para lo bueno y para lo malo, el tiempo suele poner a cada uno en su sitio. Suerte.

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