lunes, 19 de abril de 2010

En España sí hay prensa sensacionalista: la deportiva


Nos llama la atención en España el fenómeno de la prensa sensacionalista en el Reino Unido o Alemania. Sus tiradas millonarias son incomprensibles aquí, donde manda la prensa “seria”. Sin embargo, nosotros tenemos nuestra propia prensa sensacionalista, que no es otra que la deportiva. ¿O es que acaso nuestros diarios deportivos son más rigurosos o respetuosos que “Bild” o “The Sun”?

Me sorprende que en este tipo de periódicos brillen por su ausencia, no ya la prudencia que dicta no publicar una noticia si no está confirmada –algo que se ha extendido también a las publicaciones de información general-, sino el más mínimo rigor o el respeto a las más elementales normas del periodismo.

De acuerdo que el deporte es lo que es, pero no deja de ser menos cierto que hablamos de información y que, por tanto, no deberíamos inventarnos las noticias. Con tal de obtener una buena portada, todo vale, y se disfraza de exclusiva un rumor, un comentario o el chascarrillo, sin que la no confirmación de dicha noticia sea motivo de rectificación alguna.

En la prensa deportiva se puede salir con cualquier noticia. No importa que una portada asegure categóricamente que tal o cual jugador va a ser fichado por tal o cual equipo y que al día siguiente esa noticia sea, no ya desmentida por el jugador o por el club, sino desmontada por los hechos, es decir, que ese jugador renueva su contrato o ficha por otro equipo diferente. Cuántas veces en este tipo de prensa se ha anunciado un fichaje que nunca se ha producido.

Es el todo vale lo que prima. Por eso no importa si se calientan los partidos con declaraciones previas o con titulares que llaman poco menos que a la guerra. No importa si se exacerba la rivalidad entre dos aficiones o entre dos directivas. No importa si se humilla al equipo contrario o se pone a un jugador a los pies de los caballos. Baste como ejemplo el titular de un diario sevillano el lunes 19 de abril, que titulaba “Faltó rematarlo” y, como subtítulo, “Tal equipo no es capaz de matar a su contrincante inferior”. Sobran las palabras.

Pero no sólo eso, sino que ni siquiera se trata de disimular el favoritismo por un equipo u otro. No es que a estas alturas de mi carrera crea en la objetividad, pero las formas son las formas.

Eso sí, la prensa deportiva en nuestro país vende cientos de miles de periódicos. Y luego diremos que en España no tenemos prensa sensacionalista.

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