viernes, 9 de abril de 2010

La información local, la clave del periodismo


Raro es el periodista que no aspira a cubrir la información política y parlamentaria, a ser corresponsal o a realizar grandes reportajes de investigación. Raro es el medio que no desea una gran exclusiva de trascendencia nacional o, por qué no, internacional. Rara es la empresa periodística que no anhela que sus noticias sean comentadas en los informativos de las más importantes cadenas de televisión o en las principales emisoras de radio del país. Las secciones de Nacional e Internacional abren los diarios, sin olvidar Economía, Sociedad o, incluso Deportes.

Sin embargo, al lector, o al oyente o al telespectador, es decir, a aquéllos que conforman la audiencia o la difusión de un medio, no son necesariamente este tipo de noticias las que más les interesan. No abren el periódico buscando las palabras del líder político de turno ni el último escándalo ni si los vocales del Tribunal Constitucional han sido reelegidos o sustituidos. Tampoco se levantan ansiosos por las mañanas por conocer los resultados de las elecciones en Bolivia o Ucrania –ni siquiera les quita el sueño quien gobierna en Portugal o Alemania-. Es muy probable incluso que se salten las páginas de economía, que no hayan leído nunca las cotizaciones de Bolsa o que no sepan ni por dónde caen las páginas de opinión de su periódico.

Pero hete aquí que muchos, una gran mayoría, sí que leen la sección de información local, ya sea para saber qué calles de su ciudad están cortadas, para conocer cuando acabarán las obras que le torturan cada día o para enterarse de cómo fue el atraco o el incendio del día anterior. También, probablemente, quieran saber las actividades culturales en su barrio, el horario de esa exposición que tanto desean ver o la programación de La Noche en Blanco, el Día de la Arquitectura o la Semana de los Museos.

Sí, seguramente ningún periodista sueñe con hacer información local –salvo excepciones-, pero es la base del auténtico periodismo, donde se aprende a pisar la calle, a buscar fuentes, a hacer pasillos, a abrir los ojos, a entablar contactos o a destapar escándalos. Es cubriendo un pleno municipal, la asamblea de una asociación de vecinos o visitando unas obras donde está la clave de esta profesión.

Es la cercanía al vecino –al lector en definitiva- la que marca este trabajo, por que, aunque lo perdamos de vista en demasiadas ocasiones, es para quien compra nuestro periódico o ve o escucha nuestro medio para quien trabajamos. No para el resto de medios, no para que se hable de nosotros en la competencia, no para la galería ni para llenar titulares. El ego es el ego, vale, pero hay una cosa que se llama profesionalidad, que debería guiar nuestra labor.

El periodismo local es despreciado por los compañeros, aunque sea el preferido de los lectores. Pero es lo local, lo “hyperlocal” como aseguran los gurús de la comunicación, lo que sacará a la prensa escrita de la crisis. Es la cercanía, la información pegada a la calle, la que nos podrá diferenciar de la globalización. Es rascar el día a día de los ciudadanos, saber qué quieren saber, qué les interesa, qué les afecta lo que marcará el éxito o no de un medio. Es la foto propia –y no la de agencia que se repite en todas las portadas- la que nos hace diferentes, la información propia, conseguida únicamente estando ahí, la que nos hace únicos.

Ese “hiperlocalismo” es lo que explica el triunfo de los periódicos “de provincias”, como con desprecio se les llama en Madrid. Y curiosamente en Madrid, donde la información local da para llenar páginas y páginas, no hay un diario local, sino secciones de local, reducidas muchas veces a su mínima expresión.

Son muchos los periódicos fuera de nuestro país, especialmente en Estados Unidos o en Francia, donde la prensa regional tiene gran fuerza. En España, el ejemplo más claro sería el de El Correo.

Uno de los casos quizás más paradigmáticos de este tipo de periodismo es el de “L’Ouest France”, el diario más vendido del país vecino, con unos 800.000 ejemplares diarios -el doble que "Le Monde" o "Le Figaro"-, unas 40 ediciones diferentes y más de 500 periodistas en plantilla. Tiene su sede en Rennes, capital de Bretaña, y basa su estructura informativa en las noticias locales.

Local, local y más local. Periodismo en estado puro y un negocio. O eso es al menos lo que aseguran muchos expertos, que han visto en lo “hyperlocal” la forma de hacer rentables sus periódicos. Aunque esto es España.

4 comentarios:

  1. O el ABC de Sevilla, el periódico con más tirón de la ciudad y los alrededores (detrás, para corroborar todo esto, se sitúan el Diario de Sevilla y El Correo de Andalucía, también locales). En estos diarios, especialmente en el ABC, la sección de Local -y acaso también la de provincia, como en El Correo- son las más prestigiosas, carismáticas y valoradas no sólo entre los lectores sino también entre los periodistas.

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  2. Precisamente hoy estábamos hablanco Trisco - Jese - y yo por Twitter de la importancia de salir a la calle a buscar la noticia y no estar pendiente de la Red nada más, como mucha gente hace.

    Gracias por este post! Hacía mucho tiempo que no me acordaba del verdadero olor del periodismo.

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  3. Estoy totalmente de acuerdo. He trabajado en el periodismo local durante años y sé que en ningún sitio como ahí se aprende esta profesión. No es lo mismo llegar a la redacción con una agenda repleta de actos para el día que tener que buscarse la vida, porque los barrios, los pequeños municipios, los distritos... no tienen un orden del día. Simplemente hay que salir a la calle, patear y andar con el ojo avizor en busca de temas. Eso sí que es duro.

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  4. En Madrid, hace ya años y medio surgió la red SOMOS, los primeros medios hiperlocales en Internet de la capital. Dos cabeceras, www.somoscentro.com y www.somosmalasaña.com abrieron camino y poco a poco se están consolidando. Noticias de primera mano y de producción propia. El objetivo es ir sumando cabeceras por barrios de Madrid y extenderse por otras provincias con franquicias. No hay un gran grupo detrás, sólo la iniciativa de varios periodistas que han apostado por volver a hacer información de barrio después de años en grandes medios.

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